sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Por qué surge este proyecto?

Nos proponemos incluir entre los objetivos de mejora del centro, la reducción del volumen de ruido como un paso necesario para la consecución de un ambiente apropiado para el trabajo intelectual y reflexivo, como debe ser aquel que reine en un centro de enseñanza.
Un volumen alto de la voz humana genera un ambiente de distorsión que acompaña y propicia algunos problemas de convivencia como faltas de respeto, no interiorización de normas básicas de convivencia, falta de interés en el estudio, ausencia de concentración, trabajo y rendimiento...
Debemos adoptar hábitos saludables, y no sólo los normalmente consolidados como los alimenticios y de respeto a horarios y sueño, sino otros en los que existe una resistencia de carácter mayoritario en nuestra sociedad a adoptar, como son el respeto a la comunidad, ya que tendemos a identificar el ruido con momentos de ocio y diversión.
Por lo tanto, para que la educación se desarrolle en un ambiente óptimo, no sólo debemos centrarnos en aspectos físicos como el mobiliario y el espacial, sino en otros que permitan la transmisión de ideas, entre los que se encuentra un adecuado nivel de sonido.

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